domingo, 20 de abril de 2008

LLeno de música

Me gusta poner la música alta y pensar que estoy hueco. Literalmente vacío como una figurita de porcelana. En ese momento fantaseo con que los sonidos que entran por mis oídos chocan en algún punto intermedio de la cabeza para después caer enmadejados por todo mi cuerpo hasta precipitarse sobre mis pies como esos repetitivos chispeos de primavera. Cuando, al fin, estoy lleno de música, me acerco a ti, te abrazo y te canto al oído. Entonces es como si derramase a tu interior las notas que me empapan por dentro. Como una esponja. Es en ese momento cuando me siento más dentro de ti que nunca.

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